¿Qué haría si fuese alguién próximo a usted o usted misma?
Me gustaría decirle, que no puedo contestarle, pensando en mi misma, quizás no tenga una respuesta . Con esta pregunta tan constante, he acabado por preguntarmela muchas veces. Pienso que quizas no tuviera valor para enfrentarme a ese caos, en el que todo se descoloca, a ese tiempo relantilizado mientras duran los tratamientos a tantas pruebas, a veces humillantes que el tiempo te hace perder el pudor. Cuando apenas uno se reconoce ante el cambio y la debilidad física. Es como si toda la fragilidad del mundo la absorvieras tú. Pienso… Si la vida merece tanto esfuerzo…
-No voy a hablarte de estadisticas, Susana, hablaremos de tú situación. Te estas enfrentando a una situación muy dura, quizas la peor de tu vida, en la que debes decidir. Lo que se te ofrece es , curar tu enfermedad. Que puedas tener una vida digna, no conozco tu destino, ni el mío, solo debes plantearte si quieres luchar.
Sí lo haces tendrás que ser fuerte, pasaras por momentos muy duros…pero debes pensar siempre que merecerá la pena.
-Tengo dos hijos pequeños. Debo hacerlo, quisiera más tiempo para criarlos
-¿Qué edad tienen?
- 4 y 6 años
- ¿Cómo se llaman?
- El niño se llama Juan, es el de 4 años y la niña Maria, es la de 6.
Ella me enseña las fotos.
- ¡Son preciosos!
- Me preguntan , porque no tengo pelo y ella quiere que me tape la cabeza, cuando la recojo en el cole, no quiere que sus amigos me vean sin mi melena.
- ¿Usas entoncés la peluca?
- Me molesta mucho e intento explicarle que un día tendre de nuevo pelo y será largo y sedoso como antes, pero su mirada es triste. Siempre he ido con la peluca a buscarla.
Su compañero acaricia su mano.
- Está bien, no es fácil que lo entienda. Cuando todo pase , el simple hecho de que has tenido alguna vez un cambio de tu estética no lo recordará o por lo menos no la perturbará.
- Eso espero.
- A veces noto que me rechaza, es como si le hubiese fallado. Es muy pequeña.
Su tono es triste.
- ¿Haces vida normal en casa?
- Si, me siento cansada pero me tumbó cuando ellos no estan. Y luego procuró que todo sea igual, los visto, jugamos en el baño, les leo los cuentos como siempre, e intento que no perciban mi agotamiento. Tengo un compañero estupendo. Cuando el ánimo me abandona, está él .
Se miran con complicidad.
- Creo que estas protegida.
- Me siento arropada, la lucha no es solitaria. Es curioso, disfruto de tantas pequeñas cosas ,¡valoro tanto el abrazo cálido.¡
- Si, vivimos tan deprisa que apenas tenemos tiempo de sentir. Toma esto te hará descansar mejor.
Susana es una mujer alegre, la fuerza se la da su generosidad, la he visto muchas veces darles ánimo a las demás, mientras espera su tratamiento, transmite que todo les va a ir bien, bromea con su peluca, dice que al día siguiente la teñirá de rojo y verde, al fin al cabo no es su cuero cabelludo el que va a sufrir. Las demás ríen.
Mientras yo quiero creer que todo va ir bien, su lucha es también mi esperanza para no rendirse ante nada.
Gracias, Peko
Hace 1 año
2 comentarios:
Lo he leído con calma después de nuestra conversación querida Maca. Es un testimonio muy conmovedor. Tu trabajo tiene un aspecto muy emocional y para sobrellevarlo claro que necesitas un espacio de sonrisas que compense tanta intensidad.
Todo mi cariño preciosa
Mi queridiña tu relato en su momento me conmocionó,cuando lo leiste en nuestro querido y añorado taller "da maxia das palabras".
Ahora me encuentro ante otro problema que te contaré en secreto....es mi relato corrector. Te quiero
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